domingo, 5 de abril de 2009

Mi primer chapuzón a caballo

En el paseo de ayer auspiciado por el club de paseos a caballo "South Florida Trail Raiders"al que pertenecemos llegamos a un lago que desemboca al mar.

Para llegar allí nos tomó 2 horas a caballo por varios canales como estos


con una temperatura de 87F y muy poca brisa para los primeros días de la primavera.

No había intención de entrar al agua con los caballos pero cuando llegamos al lago era tanto el calor que algunas personas nos arriesgamos a mojarnos la ropa, botas y monturas de los caballos.

Yo nunca había entrado al agua a caballo mas allá de las patas porque en el Sur de la Florida tenemos muy pocas playas que permiten caballos y en casi todos los ríos y lagos hay cocodrilos.

Fue un corto chapuzón pero salimos refrescados todos de regreso por 2 horas mas. Sin duda que volveré ya preparada a nadar con mi querido Dómino.





















Lo que nos dejó Katrina-Huracán 2005

Lo que nos dejó Katrina-Huracán 2005
Gipsy & Ivory
No tengo la intención de enfocarme en mencionar los daños que tuvimos por el paso de los huracanes del 2005. En el caso de Katrina, los vientos de madrugada parecían como si la naturaleza si hubiera ensañado contra nuestra región con todas sus fuerzas y los minutos parecían horas oscuras y eternas. Las hojas de las palmas volaron como proyectiles y se alojaron en nuestras ventanas de cristales permitiendo sentir dentro de la casa el viento mas fuerte.
Los nueve (9) perros que teníamos para aquel entonces estaban dentro de la casa, porque la puerta del garaje donde los habíamos refugiado amenazaba con volar en cualquier momento. Los caballos estaban sueltos para que sus instintos les guiaran al mejor costado de la casa para refugiarse.
Una vez llegó la traquilidad e hicimos un recorrido por nuestros alrededores, identificamos la caída de un pino de mas de 20 pies atravesando en el patio. Aunque aún llovía, me senté con mucha tristeza en la base del pino todavía en su lugar. En una de las ramas en el piso descubrí a "Ivory"-una paloma bebé, quien de inmediato se convirtió en un inquilino temporero. Tal parece que se cayó del nido y perdió contacto con su madre, estaba casi moribunda, sin plumaje y muy débil. La acogimos en nuestra casa, le dimos calor y comida de pajaritos-bebés...y tiempo después se convirtió en inseparable compañía de Gipsy. Una vez recuperó, con una marca en una de sus patas que le pusimos, voló libre a su destino. Diariamente nos sobrevuelan palomas de muchos tipos y tamaños... y no puedo evitar pensar, que alguna de ellas es Ivory que nos trae sus amigas a alegrar nuestro cielo.