Para llegar allí nos tomó 2 horas a caballo por varios canales como estos
con una temperatura de 87F y muy poca brisa para los primeros días de la primavera.
No había intención de entrar al agua con los caballos pero cuando llegamos al lago era tanto el calor que algunas personas nos arriesgamos a mojarnos la ropa, botas y monturas de los caballos.
Yo nunca había entrado al agua a caballo mas allá de las patas porque en el Sur de la Florida tenemos muy pocas playas que permiten caballos y en casi todos los ríos y lagos hay cocodrilos.
Fue un corto chapuzón pero salimos refrescados todos de regreso por 2 horas mas. Sin duda que volveré ya preparada a nadar con mi querido Dómino.