miércoles, 22 de octubre de 2008

Sobreviví al dentista

La boca sin muelas es como un molino sin piedra,
y en mucho mas se ha de estimar un diente que un diamante." ( Don Quixote, I., 18. ... )


Sobreviví al dentista

No crean que se trata de una película de terror, simplemente significa que hoy he tenido cita con mi dentista salí dando gracias al cielo por haberlo encontrado…es un ángel!.

Mi adorado tormento de dentista es guapísimo, encantador, se ríe de mis tonterías, me canta cuando me pongo nerviosa, a veces pone música celta en su oficina (de la cual yo también le he prestado alguna), es perfeccionista y muy buen clínico…qué mas se puede pedir?

Hace un poco mas de 1 año salí de la oficina de otro dentista sin que me pudiera ni siquiera ver la boca y desesperada del dolor de muela con un absceso, aterrada después de vomitarle encima por el pánico que me dio cuando me senté en la silla de tortura dental.

Mientras iba manejando y buscando una clínica de sedación dental escuché por una emisora de radio latina un anuncio de un dentista. Inmediatamente llamé para preguntar si usaban sedación dental y la persona que me contestó me pidió que visitara la oficina antes de tomar una decisión porque ella me garantizaba que este dentista no iba a necesitar sedación porque el tenía muy buena mano y era un experto en casos de “pánico”. Debido a mi dolor y necesidad urgente de una consulta decidí intentarlo.

No puedo negar que antes de que comenzara a trabajar con mi boca tuvo que trabajar con mi pánico, lloré, me sudaban las manos, me dieron temblores, nauseas y tanto el dentista como su equipo de trabajo fueron maravillosos. Me dedicaron mucho tiempo antes de hacer nada con mi boca y después de eso ya he seguido visitándolo regularmente. Todavía me entra un poco de ansiedad antes de que comience a trabajar conmigo pero una vez comienza ya se me pasa la ansiedad. Hasta ahora no ha habido una sola vez que me haya dolido ninguno de sus intervenciones.
Es curioso porque no puedo identificar ningún acontecimiento de mi niñez relacionado con dentista o la boca y se supone que por mi profesión yo esté un poco mas preparada para esta rutina o no tener este pavor irracional; pero mi querido dentista dice que si no puedo identificar un evento de la niñez y mi madre niega que yo lo haya tenido, entonces pertenece a alguna tortura de una vida pasada…

No conozco a nadie que disfrute visitando al dentista pero en mi caso, aún sin disfrutar propiamente como tal, estas citas significan pasos adelante.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

yo también vivo como una superación ir al dentista sin miedo y salir bien

Susana Peiró dijo...

Jajajajajaá!! Qué bueno, al menos no me siento sola en este mundo! A mi dentista (chico guapo y encantador) le digo Jack el Destripador y lo acuso de disfrutar el martirio a sus pacientes!

Por supuesto, entre broma y broma, él se encarga de mi salud bucal sin que yo salga corriendo!

Besitos!

ISABEL TEJERA CARRETERO dijo...

Pues no, a mi me ha tocado el dentista una sola vez en mi vida y fue pra sacarme un dientecillo de leche que me colgaba de un hilito y que no permitia que me tocara nadie, él lo hizo y no me enteré Afortunadamente no he necesitado más ... hasta ahora.
Un abrazo y suerte de dentista que tienes

TORO SALVAJE dijo...

Odio ir al dentista.

Me dan MUCHO MIEDO.

Saludos.

Anónimo dijo...

¿por qué en el dentista no hay anestesia general?
A mí, por mucha droga que me de, siempre me tira algo.
Y dicen: "si el dentista no hace daño"
eso es que esa persona nunca tuvo que expulsar un premolar.
No quiero ni pensarlo.

Sobreviví al dentista, sí, pero con heridas de guerra.

Un beso

Roslyn dijo...

Estoy en ese team, voy al mismo gabinete dental por 22 años, tal ves por eso todavia tengo mi dentadura.Odio la llamadas planchas postizas.Ok


Lo que nos dejó Katrina-Huracán 2005

Lo que nos dejó Katrina-Huracán 2005
Gipsy & Ivory
No tengo la intención de enfocarme en mencionar los daños que tuvimos por el paso de los huracanes del 2005. En el caso de Katrina, los vientos de madrugada parecían como si la naturaleza si hubiera ensañado contra nuestra región con todas sus fuerzas y los minutos parecían horas oscuras y eternas. Las hojas de las palmas volaron como proyectiles y se alojaron en nuestras ventanas de cristales permitiendo sentir dentro de la casa el viento mas fuerte.
Los nueve (9) perros que teníamos para aquel entonces estaban dentro de la casa, porque la puerta del garaje donde los habíamos refugiado amenazaba con volar en cualquier momento. Los caballos estaban sueltos para que sus instintos les guiaran al mejor costado de la casa para refugiarse.
Una vez llegó la traquilidad e hicimos un recorrido por nuestros alrededores, identificamos la caída de un pino de mas de 20 pies atravesando en el patio. Aunque aún llovía, me senté con mucha tristeza en la base del pino todavía en su lugar. En una de las ramas en el piso descubrí a "Ivory"-una paloma bebé, quien de inmediato se convirtió en un inquilino temporero. Tal parece que se cayó del nido y perdió contacto con su madre, estaba casi moribunda, sin plumaje y muy débil. La acogimos en nuestra casa, le dimos calor y comida de pajaritos-bebés...y tiempo después se convirtió en inseparable compañía de Gipsy. Una vez recuperó, con una marca en una de sus patas que le pusimos, voló libre a su destino. Diariamente nos sobrevuelan palomas de muchos tipos y tamaños... y no puedo evitar pensar, que alguna de ellas es Ivory que nos trae sus amigas a alegrar nuestro cielo.